REFUGIADOS...¿EN UNA EUROPA LIBRE?

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La imagen que véis es el símbolo del holocausto del S,XXI, la de miles de refugiados, no importa su nacionalidad, que no sólo huyen del horror y la destrucción de las bombas que un día les dejó sin su hogar, sin su medio de vida, obligándoles a emprender la arriesgada,y no siempre fructífera, aventura hacia el continente europeo, en busca de esa ansiada paz y libertad que el destino cruel les había arrebatado de improviso.

No hace demasiado tiempo, veíamos sonrisas, aplausos, solidaridad ante la llegada de miles de refugiados a Alemania. En muchas casas lucía un cartel, #WelcomeRefugees. Sin embargo, la esperanza de un futuro mejor y una justa integración en la Europa que presume tanto de su bienestar, valores morales y católicos, se fue diluyendo como un azucarillo. De repente nos topamos con campamentos mal acondicionados, maltrato policial, alambradas, expulsiones selectivas, quema de enseres, frío...muerte. La Europa que los despojados de los derechos humanos fundamentales creían libre, se había convertido en una ratonera, en un túnel oscuro sin salida, llegaron las lluvias, la nieve, bombas naturales que caían del cielo.
....y ahí seguimos, presumiendo de nuestros valores morales e identitarios de una Europa que se fractura ente el flagrante incumplimiento de los acuerdos de acogida. Las voluntades iniciales derivaron en ceder a Turquía la problemática gestión de este gigantesco drama.

Esta mañana me ha llamado mucho la atención, en el programa "La Cafetera" de Radiocable.com, las palabras de Hernán Zin, director del documental "Born in Siria", que refleja el seguimiento a 7 niños sirios desde el momento en que la guerra destruye su casa y medio de vida hasta su llegada a Europa, topándose con la cruda realidad de que el viejo continente no es ese oasis de libertad con el que durante su tortuosa travesía habían soñado. Y es que sin duda, no son necesarias las armas para afirmar que el S.XXI ha forjado, a marchas forzadas, su propio holocausto. Ya los Refugiados no son bienvenidos.

                                                         Ángel Trianero