martes, 31 de enero de 2017

LA GUERRA DE TRUMP





Apenas lleva 15 días en el cargo,y Donald Trump ha decidido desde su púlpito privilegiado de la Casa Blanca, ponerse el mundo por montera, aunque cabe decir que eso siempre ha sido lo habitual en él, es la viva imagen de la arrogancia y superioridad de quién lo tiene todo y nadie puede hacerle sombra. El 45º presidente de los EE.UU. ha iniciado una guerra sin tregua contra todo aquél que ose desobedecer sus órdenes. La última víctima ha sido la responsable del Departamento de Justicia, Sally Quillian Yates, la cual se ha negado rotundamente a defender ante los tribunales la orden irrevocable de Trump de impedir la entrada al país de personas de 7 países, mayoritariamente musulmanes,léase Siria, Libia,Somalia,Irán,Irak, Sudán y Yémen, y que ha ocasionado un gigantesco caos en varios aeropuertos estadounidenses y la inmediata respuesta popular ante una medida,a todas luces,injustificable y que atenta, tal y como ha declarado el ex-presidente Barack Obama, como "un peligro para los valores americanos".

Sea como fuere, esta medida conlleva un mayor riesgo de recrudecimiento del terrorismo islamista, que tan duramente ha golpeado Europa en los últimos tiempos. Significa a su vez, que las proporciones del drama de los millones de refugiados que huyen de la guerra y el terror, se tornen gigantescas.

Esta medida presidencial, sin duda, refuerza el discurso de Donald Trump, el "America first" supone el granjearse la enemistad de muchos países, pero no olvidemos algo importante, y es que Europa,en ningún caso, puede tomar la delantera a Trump para dar lecciones de democracia, en tanto en cuanto son miles de refugiados,que a pesar de haber entrado en nuestro continente, han sido acogidos en condiciones infrahumanas, campos de refugiados en los que el frío ha ocasionado numerosas víctimas ante la escandalosa falta de medios. Podríamos decir, que Europa sigue alimentando lo que Trump en pocos días se ha encargado de destruir. El presidente electo ha borrado de un plumazo aquellos valores americanos que mantuvieron,mejor o peor, sus antecesores en el cargo. A partir de ahora, EE.UU. ya no es el gran sueño americano, no es el país de las oportunidades. Se cierne un gran peligro sobre un mundo globalizado que ya no acepta alambradas y muros más propios de un pasado que ya nadie quiere recordar,pero que sin embargo, personajes como Donald Trump, se han encargado de resucitar.

                                                                         Ángel Trianero

No hay comentarios:

Publicar un comentario