Hace un año, una noticia sacudía por la mañana las redes sociales. Desde muy temprano, todos los que te seguíamos notamos la ausencia de tu llamá. Estaba desperezándome,cuando un amigo, que trabaja en el servicio funerario, me indicaba que les había llegado un mandato judicial...o como se llame eso, con el nombre de Fernando Carrasco Moreno. En ese momento creí estar viviendo una pesadilla. Pero era real, tu corazón se había partido en dos, justo en la puerta de la plaza de toros de la Maestranza, aquella que tantas veces traspasaste para cumplir con tu noble oficio de periodista, esta profesión tan injustamente maltratado y que tú siempre llevaste a gala con la sevillanía que te caracterizaba. Porque siempre fuiste un acérrimo defensor de nuestros valores culturales y fiestas tradicionales. No te importó que te apartaran de la sección de papel de ABC de Sevilla, llevaste a los medios digitales la pasión e ilusión del principio, fuiste maestro de muchos y solo discípulo de una ciudad que se ha dejado mucho por entregarte ante tu inesperada marcha a los cielos, donde a buen seguro seguirás ejerciendo de capataz, bajo la dulce mirada de tu Esperanza Macarena.
Nunca olvidaré el día antes de tu muerte, habíamos quedado a través de Twitter en entrevistarte en A LA GLORIA para repasar la actualidad cofrade en aquellos días de Cuaresma. Aquél mismo día ibas a saborear las mieles del éxito de El Hombre Que Esculpió a Dios, aquél libro convertido en una memorable obra de teatro, momentos después tu corazón se rompió, y el de la Sevilla que disfrutaba con tu bondad,sonrisa,socarronería, con tus crónicas que parecían sacadas de un pincel en vez de un bolígrafo. Tu sencillez, naturalidad, gesto amable, no hacía falta tratarte demasiado para saber que clase de persona eres. Has dejado una huella muy profunda y un vacío que jamás podremos volver a llenar. Pienso en Libia, en tus hijos, sé que ellos cada día te llevan en el fondo de tu corazón, tu barrio y hermandad de San Bernardo, te sentimos cada mañana en Twitter, dibujando aquellos lances de Morante que tanto te entusiasmaban, te imaginamos sufriendo con tu Betis, leyendo el periódico en aquellos desayunos de domingo en El Pasaje...tantos y tantos recuerdos, entrevistas,crónicas cofrades, portando tu bolígrafo y cuaderno.
Ha pasado un año sin tí, Dios te bendiga allá en el cielo amigo,cuídate mucho, te queremos y nunca te olvidaremos.
Ángel Trianero
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